viernes, 7 de febrero de 2014

UNA BRISA SUAVE

Hola a todos.
Parece que han pasado siglos desde que hice la última entrada en este blog.
Una buena amiga me aconsejó una vez hace mucho tiempo que toda historia tiene un principio y debe de tener un final.
Una brisa suave no será una excepción.
Siempre que pueda, haré una entrada en este blog y trataré de darle un fin a esta historia.
Lamento muchísimo el haber pasado tanto tiempo sin dar señales de vida. Creo que ya iba siendo hora de que volviera.
Me alegra saber que estáis ahí leyendo. Hace que todo valga la pena.
Vamos a ver lo que pasa por la cabeza de Augusta.

DIARIO DE AUGUSTA BALLESTER

6 DE MARZO DE 1825

-¿Por qué estás llorando?-me pregunta Claudia cuando entra en mi habitación-¿Estás bien, prima? 
-No estoy bien-le respondo. 
                       Paso todo el día encerrada en mi habitación. 
-Cuéntame lo que te pasa-le pido-Puede que yo te ayude.
                      Pienso que Claudia es demasiado inocente. La veo con su cabello rubio y pienso que no me entiende. Claudia me abraza y trata de consolarme. No hay consuelo para mí, pienso. Claudia me acaricia el pelo con la mano. 
                    Dafne lo está pasando mal porque tiene la sospecha de que Ricardo está enamorado de otra mujer. Y yo siento a Enrique cada vez más alejado de mí. 
-No me quiere-le confieso a Claudia-Don Enrique...¡No está enamorado de mí!
                     ¿Y cómo va a estar don Enrique enamorado de mí si no soy ninguna belleza? Soy demasiado alta para ser una mujer. Y mi cabello es de color castaño y me cuesta mucho sujetarlo en un moño. Mi pelo es rizado y rebelde. 
-¿Qué puedo hacer?-le pregunto a Claudia. 
-Entonces, no deberías de seguir adelante con esta relación-responde mi prima-Estás sufriendo mucho. 
                    Miro mi vestido de color oscuro. Llevo mi cabello recogido en un moño que está amenazando con soltarse. Saber que había captado la atención de un conde me había llenado de alegría.  
-¿Por qué no hablas con él?-me sugiere Claudia-Enfréntale. 
-¿Te has vuelto loca?-me escandalizo-Esa forma de hablar no es propia de ti. 
-Se trata de tu vida. 
                    Claudia me sugiere salir a dar un paseo por el jardín. Acepto. 
                    A veces, tengo la sensación de que algo raro le ocurre a mi prima.  
-Te he contado lo que me pasa-le recuerdo-Puedes contarme lo que te pasa a ti. Te noto rara. 
                      Claudia guarda silencio. Me gustaría ser capaz de leerle la mente. Su cabello rubio está perfectamente recogido. Pero tengo la sensación de que la joven que está caminando a mi lado es una perfecta desconocida para mí. 
-Son sólo tonterías-me asegura mi prima. 
                  Deseo creer que me está diciendo la verdad. Pero sospecho que me está mintiendo. Claudia parece querer contarme algo. Pero no se atreve a decirme nada. 


-Prima...-me susurra. 


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